Con jugadores así, y tantos otros como los que tiene esta plantilla, es normal que el Madrid viva permanentemente al borde del ataque de nervios. Entre dichos jugadores se bastaron para dar el triunfo al conjunto azulgrana que aprovechó el tropiezo del conjunto blanco ante el Betis, así logra el conjunto azulgrana distanciarse a once puntos de los de Mourinho. Y con once canteranos durante buena parte del duelo. Pero cuidado, que la Liga no está ganada: aunque el Madrid la tiene casi imposible, el Atlético no afloja y es segundo, a sólo tres.
El Levante aguantó el 0-0 en la primera mitad, pero en la segunda se desmoronó como un castillo de naipes, encajando cuatro goles en apenas un cuarto de hora. El conjunto azulgrana mostró dos caras radicalmente distintas y fue como la noche y el día: antes del descanso pareció un equipo mundano, a ratos incluso anodino. Pero en la reanudación fue un vendaval, dejando KO al rival como si de Mike Tyson se tratara.
Los de Tito dieron una imagen gris en el tramo inicial. Su juego horizontal no se traducía en ocasiones, mientras el Levante lo fiaba todo a la velocidad de Martins al contragolpe. Empezó Barkero avisando con un trallazo desde la frontal, pero se topó con un espléndido Valdés (12').
Y poco después, primer contratiempo para el Barça: Alves sufría su cuarta lesión muscular de la temporada y era sustituído por Montoya a causa de una elongación en el bíceps femoral derecho. El cambio dejaba a los azulgranas con un once compuesto íntegramente por canteranos.
Messi y Xavi empezaron a meter el miedo el cuerpo a los locales con sendos disparos desde la frontal consecutivos (22' y 23'). Pero la balanza no se decantaba, ya que Martins, con su velocidad, era una seria amenaza. Lo volvió a demostrar en el 38'. Por fortuna, la sangre no llegó al río.
El 'doctor Jeckyll Barça' se transformó en 'Mister Hyde' tras el descanso. Fue como una fiera. Nada más empezar, Lionnel Messi, con Andres Iniesta como socio, marcó el 0-1 (46'). La asistencia del mago de Fuentealbilla dejó a Leo solo ante Munúa. ¿Y cómo le batió?. A su estilo, como sólo él sabe: picando el balón lo justo para elevarlo ante su salida. Simplemente, de sombrero.
El Barça volvía ser la máquina de siempre, el dueño del balón, el que vuelve loco a sus rivales moviendo el esférico de un lado a otro a velocidad endiablada, como un prestidigitador. El 0-2 no tardó en llegar (52'). Messi e Iniesta otra vez. Messi abrió a la izquierda desde el eje, 'don Andrés' se internó en el área hasta la línea de fondo... y su pase atrás lo introdujo Leo al fondo de las mallas.
Sin tiempo apenas para reponerse, el Levante encajaba un nuevo golpe. Iniesta, exhibiendo su faceta más aguerrida, conectaba un trallazo desde el borde del área que se colaba como un obús a la red (0-3, 56').
Y en el 62', el 0-4. 'Don Andrés', recuperando su cara sutil, se internaba de nuevo por su banda, y su pase atrás lo transformaba Fabregas en el 0-4 definitivo.
El resultado ya no varió, a pesar de que el Levante tuvo su ocasión para marcar el del honor. En el 86', el árbitro Pérez Montero, señalaba penalti por un derribo de Puyol a Míchel en el área. Barkero lo lanzó, pero Valdés, en dos ocasiones desbarató su ejecución. El Barça sumaba los tres puntos... y el Madrid ya está once por debajo.
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